Mis hijos

Son ese motor que te impulsan a continuar.

Son las alegrías en tus días de tristeza.

La sal y la pimienta de la vida.

El fuego que te quema y también te consume.

Por quienes decidimos vivir o morir.

Quienes estremecen tu alma y te ayudan a ser mejores personas.

Quienes no estaban y cuando llegan a tu vida se quedan con todo tu tiempo.

Son las personas que hacen que te conviertas en una grabadora de tanto repetirles las mismas cosas.

A quienes amas hasta el final de tus días.

Son la relación que nunca termina, y de quienes jamás podrás divorciarte.

Son las personas que llegan a tu vida sin pedir entrar.

Llegan para quedarse solamente una temporada.

Son quienes a diario están mirando tu caminar para copiarte.

Perfeccionamos en ellos nuestros errores exhortandolos a no cometerlos.

Porque un hijo es un fragmento de ti, un toque de tu vida.

Tu hijo es esa persona que te roba el aliento. Quien se mete en tu mente y te desvela.

Es por quien decides levantarte cada mañana y llevarte el mundo de frente para que tenga una vida mejor que la tuya.

Un hijo siempre será el más grande amor que con una palabra no lo podemos describir. Nace, crece, se nos va y continúa siendo tu hijo.

Es el único ser humano que perdonamos miles de veces, porque ese amor es ta especial que nos transforma.